KLINAMEN 15 AÑOS DESPUÉS: UNA DESPEDIDA.

KLINAMEN 15 AÑOS DESPUÉS: UNA DESPEDIDA.


“Si queremos expresar la derrota común,
procuremos hacerlo dentro de los límites estrictos de la dignidad y la belleza”.
Leonard Cohen
A veces por desazón, a veces por inercia, pero es extraño que llegado el final de un proyecto político sus miembros decidan explicar, de forma pública, las razones de abandonarlo. Acostumbrados a colectivos fugaces que viven rápido y mueren despacio sin valorar su trayectoria, pensamos que Klinamen merecía otra suerte. Cerramos esta etapa evaluando aciertos y errores, por si pudiera servirnos –y serviros– al afrontar retos futuros. También queremos decir adiós con honestidad, planteando dudas y reconociendo contradicciones. Ideas y debates inconclusos al calor de una experiencia que compartimos en este texto. Lo que esté por venir, lo atacaremos, seguro, mejor armados.

Bocetos- Noviembre de 2002

Érase una vez…

Klinamen surge como tal a finales de 2002. Desde entonces, hemos atravesado varias etapas, cada una de las cuales ha estado caracterizada por diferentes herramientas, contenidos, temáticas o proyectos, según hemos ido evolucionando sus participantes y el movimiento del que formamos parte. Inicialmente se planteó como una herramienta con la que editar materiales interesantes, superando y buscando una mayor estabilidad que el formato fanzine imperante en aquella época, a la vez que, mediante el trabajo militante no remunerado, buscar nuevas formas de financiación diferentes de fiestas y conciertos.
A partir de 2005, y en la estela del «boom» que supuso la llegada de internet en los movimientos sociales, una buena parte del proyecto Klinamen se dedicó al mantenimiento y gestión de klinamen.org, una web de contrainformación de las muchas que surgieron en aquella época. La web funcionó ininterrumpidamente hasta 2010, cuando unos problemas técnicos (la página se quedó obsoleta) nos llevaron a replantear completamente el proyecto. Finalmente, más problemas informáticos con la nueva web, unidos al desgaste que supone la gestión durante 5 años de una página de contrainformación que se actualizaba diariamente, llevaron a abandonar el proyecto. Un abandono, de hecho, literal, pues nunca se hizo clausura oficial ni valoración final de aquella experiencia.
Desde entonces, Klinamen se ha centrado de nuevo en su función original: la traducción,  edición y distribución de libros y demás material escrito. Sin embargo, desde, más o menos, abril de 2015, en Klinamen hemos tenido un proceso, (lento para qué engañarnos) de reflexión y autocrítica en el que hemos valorado tanto la sostenibilidad del proyecto y su (limitada) capacidad de intervención como las temáticas que nos interesan a los diferentes integrantes. Durante este proceso surgieron varias propuestas de reestructurar y reorientar el proyecto, pero al final ni siquiera hemos sido capaces de ponerlas en marcha, en gran parte por seguir arrastrando los mismos problemas que nos habían llevado hasta ese punto en primer lugar. En vista de esto, y por experiencias anteriores similares, hemos decidido no dejar al proyecto morir abandonado o que tuviese un cierre en falso, por lo que hemos preferido acabar con Klinamen para que tenga el final más digno posible.
Este proceso viene motivado por una crisis dentro del colectivo que creemos que merece la pena contar, por si fuese útil para que otros grupos afronten sus propios retos internos. La crisis que hemos sufrido en Klinamen se ha levantado sobre dos patas: la política y la personal. Dos cuestiones que, como todos sabemos, solo son diferenciables hasta cierto punto. En cierta manera, las consecuencias de ambas para el colectivo vienen determinadas por la propia estructura de este.

El trabajo no militante

Desde el principio Klinamen ha hecho una apuesta clara por un trabajo militante no remunerado, es decir, por no tener liberados. Alguna vez ya hemos comentado públicamente que en los inicios del proyecto era una opción más moral, o «moralista» si se quiere, que práctica. En este sentido nuestra postura ha cambiado mucho desde entonces. Seguimos apostando por el trabajo militante como una opción viable para llevar una editorial, una revista o una web, pero después de más de 10 años somos conscientes de sus limitaciones y problemas. Por supuesto, también somos muy conscientes de que los proyectos remunerados o cooperativos tienen el mismo número de problemas, si bien diferentes. Contarlos, para que todo el mundo aprenda de ellos, corresponde a otros; a quienes los hayan sufrido.
En primer lugar, algunas cargas de trabajo que requieren estos proyectos son difícilmente compatibles con la vida bajo el capitalismo, y ya con crisis de por medio, ni hablamos. Cuando tu trabajo asalariado ya no es que no dependa del proyecto, sino que ni siquiera está relacionado con él, la falta de tiempo es la norma. Si a eso le sumamos las relaciones afectivas de cada uno (parejas, hijos, el poliamor y esas cosas), el tiempo de sentarte a traducir, corregir, maquetar, o incluso simplemente reunirte, se vuelve una quimera.
Esto plantea muchos problemas: proyectos que no salen por falta de tiempo, asambleas que son un repaso de tareas decididas en asambleas anteriores y que no se han podido cumplir, quedar mal delante de gente con la que te comprometiste (un euro por cada mail de Klinamen disculpándose, oh yeah), etc.
Sin embargo, hay dos problemas que quizás sean más importantes: tener que llevar a cabo la actividad del colectivo en tus ratos libres hace que su funcionamiento sea muy sensible a las situaciones y características personales que los integrantes tenemos en cada momento. Esto, además, amplifica algo que es la norma en cualquier colectivo: la diferente implicación de sus miembros y las tensiones que esto genera entre ellos. Existen herramientas para compensar esto: por ejemplo, superar un umbral de miembros en el colectivo (de manera que este sea más robusto a cambios inesperados en la vida de cada uno de sus miembros) o desarrollar mecanismos para minimizar o controlar la diferente implicación de cada miembro y sus dependencias (si solo uno sabe maquetar o si la traducción recae solo en dos personas, etc.).
Otro problema es que, al tener que dedicar tu tiempo libre al proyecto editorial, las tareas tienen que ser cuanto menos «interesantes». En general, en Klinamen no hemos tenido problemas con la valoración, traducción, edición o diseño de los materiales, ya que son cosas que nos gustan. El principal problema aquí suele ser que a veces te toca trabajar un texto cuyo tema no te apetece ni lo más mínimo (bien en general o bien en ese momento particular de tu vida). Otra cosa son las tareas menos creativas de una editorial: concretamente la distribución. Hacer paquetes y enviarlos siempre ha sido para nosotros un auténtico aburrimiento y es algo que en estos más de 10 años jamás hemos sido capaces de solucionar satisfactoriamente. O bien nos lo han llevado otros compañeros que tenían distribuidoras (muchas gracias a Acció Cultural, Local Anarquista Magdalena y LaMalatesta) o bien lo hemos asumido nosotros mismos pero siempre a trancas y barrancas, con miembros del colectivo teniendo que «especializarse» en eso, generando con ello tensiones, llamadas de atención por compromisos no cumplidos, y debatiendo una y otra vez cómo hacerlo para que esta vez funcionase bien.

Los libros

Esta estructura y esta dificultad del trabajo militante tiene consecuencias materiales claras en cuanto a los textos que puedes editar. Así, por ejemplo, lo más cómodo es la traducción, edición y corrección de textos relativamente cortos que pueden distribuirse entre diferentes miembros del colectivo y colaboradores, y que, además, pueden sacarse adelante con un golpe de trabajo en un par de semanas que alguno tiene más libres. De esta forma, tendemos a sacar libros que son recopilaciones de textos cortos que se han ido traduciendo colectivamente. Aunque esto podría dar lugar a libros eclécticos, creemos haber resuelto bien el problema y los libros que hemos sacado de esta manera han mantenido su coherencia. El problema es que hasta que no tienes suficientes textos, no puedes editar el libro, por lo que, muchas veces, algunos de estos textos (sobre todo cuando no son de especial actualidad) se quedan durante mucho tiempo almacenados esperando ser completados con otros. En los casos de actualidad lo que hacíamos era publicar el texto en la web (la nuestra o la de otros) de manera que al final el libro era un recopilatorio de textos ya publicados previamente, con todos los pros y contras que esto tiene.
Otro problema relacionado con que las tareas fuesen interesantes es el que se ha dado cuando hemos asumido libros que eran propuestas externas. Muchas veces esto se hacía básicamente «por sacarlo», es decir, sin estar siempre completamente de acuerdo con todo el contenido. El motivo no era sacar por sacar, sino que, dado que una parte del proyecto era sacar dinero para financiar otros proyectos libertarios, aunque el texto no fuera 100% satisfactorio políticamente, al menos cumplía la parte de financiar el movimiento u otros libros. Varias veces nos ha pasado que en asamblea se decidía publicar alguno de estos libros y que luego se convertían en «un muerto» que había que sacar adelante, que retrasaban otros proyectos y que acaban quemando a la gente. Afortunadamente, este sí es un problema que supimos ir gestionando y desde hace tiempo cada vez hemos sido mucho más exigentes y estrictos a la hora de valorar si nos interesaban personalmente las propuestas que nos llegaban.

Técnica y política  

Klinamen nació y creció como un colectivo. Un colectivo con fuertes relaciones afectivas de amistad (otra vez con todo lo bueno y malo que eso conlleva). Un colectivo que editaba libros, pero que también era un espacio de encuentro, de debate y de reflexión de gente que, generalmente, militaba o participaba en otras luchas. Por diferentes motivos (pero, de nuevo, las dificultades de compatibilizar trabajo y militancia han sido importantes) muchos de nosotros hemos ido abandonando otros proyectos y centrándonos en Klinamen, lo cual permitió dar un paso más en la cantidad de trabajo que se llevaba a cabo. Para variar, y en consonancia con el hiperactivismo que impregna el movimiento libertario eminentemente juvenil del que todos procedemos, lo que hicimos fue cargarnos de más y más trabajo. Más proyectos, más libros, etc. En la búsqueda de una mayor eficacia y menor redundancia, el proceso se fue «tecnificando» demasiado, las tareas se fueron especializando y las asambleas al final eran casi puramente un repaso de tareas: qué cosas hay que hacer, quién las hace, cuándo y cómo.
Por otro lado, en esa misma línea de «eficacia» decidimos que cada libro tuviera un responsable que lo coordinase. Esto supuso que, al final, esa persona era la que más trabajaba en el libro. El resultado es que el trabajo «político» sobre los libros: el debatirlos, criticarlos, formarse con ellos, etc. se estaba individualizando. Más o menos varias personas leían cada libro, pero solo uno o dos, como mucho, trabajaban seriamente en él.
La consecuencia de ambas caras del mismo proceso fue que, básicamente y casi sin darnos cuenta, el debate político desapareció del orden del día. Como mucho surgía brevemente a la hora de marcar las líneas de trabajo y decidir si nos interesaba publicar o no un determinado libro. Esto ha hecho que la evolución teórica dentro del grupo fuera en los últimos tiempos más individual que colectiva. Como mínimo, más informal: los que se veían más en otros espacios (bares, proyectos, casas) debatían más entre ellos. Eso termina produciendo asimetrías, por así decirlo, en las afinidades políticas y afectivas de los miembros del grupo. Afinidades que, además, acaban retroalimentandose unas a otras.
En determinadas ocasiones, por ejemplo frente a problemas que surgieron con la gestión de las redes sociales (un beso, Klini), se generaron claramente dos posturas que, en este caso concreto, reflejaban diferentes visiones sobre las redes sociales y, en parte, simplemente diferentes afinidades políticas o incluso personales.

Las dificultades de crecer

Muchos de estos problemas se habrían resuelto, al menos parcialmente, siendo más gente. Y, de hecho, cada vez que alguien nuevo ha entrado en Klinamen, generalmente ha supuesto un plus de curro y energías. Sin embargo, con el tiempo, Klinamen ha desarrollado unas perspectivas políticas particulares dentro del movimiento libertario y, sobre todo, una serie de lazos internos de amistad y afectivos bastante fuertes. Lo primero no supone más barrera que la de cualquier otro colectivo. Lo segundo es más peculiar porque al final en Klinamen todos somos colegas y, claro, no es lo mismo encajar políticamente que encajar a nivel de amistad. No todos lo que tienen afinidad política comparten las afinidades vitales (forma de ser, sentido del humor, etc.) que se dan en un «grupo de colegas». De hecho, casi hasta está bien que así sea, y es un problema que las organizaciones grandes deben afrontar. No es algo que se haya buscado intencionadamente, pero es algo que ocurre cuando llevas mucho tiempo trabajando juntos (igual que también tienes tensiones similares a las de la parejas «de toda la vida») y se refuerza dentro de estructuras basadas en el trabajo militante, que requieren un plus de esfuerzo-voluntad. Digamos que para seguir y seguir con dicho proyecto tienes que estar a gusto en él, y eso se consigue aumentando la afinidad política pero también la personal. Lo que por un lado es una ventaja, una fortaleza que nos refuerza, mantiene juntos y nos ayuda a seguir, por otro lado dificulta la renovación y extensión del proyecto. ¿Cómo crecer cuantitativamente manteniendo el clima de confianza e intimidad que requiere un colectivo de estas características? De nuevo, más preguntas que respuestas.
En este contexto es comprensible que una acumulación, más bien casual, de diferentes problemas personales de varios miembros del colectivo casi lo lleva al traste. Al menos lo ha dejado en stand-by desde abril de 2015 aproximadamente. No es que hayamos tenido problemas o discusiones políticas entre nosotros, es más bien que no se podían sacar las cosas adelante por falta de ganas, de interés o, simplemente, de tiempo libre. Llegados a un punto, decidimos parar, asumir el parón sin estrés y mirar hacia atrás para decidir hacia dónde queremos y podemos ir.

La crisis política

Como decíamos al principio, la crisis tiene dos dimensiones: la personal y la política. La personal ya la hemos contado (nos hemos ahorrado los detalles escabrosos, qué os creíais); ahora toca la política. Aquí entran en juego dos cuestiones: la evolución política interna del grupo y los acontecimientos externos (la crisis, el 15M, el asalto institucional, etc.).
La evolución teórica de Klinamen ha sido una constante desde su nacimiento. La editorial nació con el reflujo de la ola insurreccionalista(1) acontecida en la península ibérica entre 1996 y 2003, aproximadamente. Una parte de los que acabamos quemados política, personal y represivamente de aquella experiencia empezamos a acercarnos y a interesarnos cada vez más por la autonomía obrera de los 70, especialmente la del Estado español. Algunos de los primeros textos que publicamos, como Incontrolados, La Huelga de Ascón o Historia de 10 años, reflejan ese interés. Con el paso del tiempo, muchos hemos evolucionado a posturas políticas que, en lo teórico, beben más de ciertos marxismos no leninistas, o críticos con el marxismo tradicional estatista, que del anarquismo clásico. Durante varios años, algunos de nosotros estuvimos interesados e implicados en lo que internacionalmente se ha venido denominando «corriente comunizadora». Por supuesto, éramos conscientes de que ese interés era, siendo generosos, minoritario actualmente en la península ibérica. Esto, en parte, refleja las diferentes inercias históricas de los ambientes radicales de cada país, en parte, el lenguaje, entre críptico y denso, que a veces ha adoptado esta corriente y, en parte, la incapacidad o desinterés del movimiento libertario ibérico para leer en otros idiomas. De hecho, sólo Tiqqun/Comité Invisible ha conseguido darse a conocer en la península ibérica, seguramente porque ha sido más y mejor traducido y porque encaja mejor con las características del gueto radical ibérico (porque crípticos y densos son un rato). Al mismo tiempo, siempre fuimos muy críticos con la incapacidad, e incluso desinterés, de dicha corriente por plantearse el omnipresente «¿qué hacer?» en el presente.
Por otro lado, el 15M, con todas sus limitaciones y carencias, nos pareció un acontecimiento fundamental tanto por lo que supuso en su momento (la oportunidad, después de mucho tiempo, de hacer política en un contexto masivo) como, sobre todo, por sus implicaciones para las formas de hacer política que han venido, y que vienen, después. Nosotros pensamos que, lo queramos o no, el 15M y sus equivalentes en otras geografías probablemente supongan la primera aparición histórica de un nuevo ciclo de luchas que evolucionará y se desarrollará en los próximos años. Pone en movimiento a distintos actores políticos –una clase obrera desestructurada, una clase media descalabrada– que, en su interacción, construirán los procesos de lucha posteriores.
Sinceramente, creemos que buena parte del movimiento libertario no supo relacionarse adecuadamente con el 15M y movimientos derivados (la lucha por la vivienda, las diferentes mareas, etc.) cuando surgieron. Algo que, por otro lado, tampoco es que fuese fácil dado lo inesperado de su surgimiento. Sentimos que, salvo excepciones, no se analizó o repensó explícitamente a posteriori (o también puede ser que no compartimos muchos de esos análisis). Pese a algunos cambios interesantes, vimos cómo las inercias de toda la vida –bien ideológicas, bien del gueto político– seguían pesando demasiado. Un asfixiante eterno retorno de lo mismo.  
Igual es simplemente que no supimos contactar con los compañeros que mejor entendieron y funcionaron en el 15M, igual fue nuestra incapacidad material de sacar adelante proyectos que en su momento nos parecieron fundamentales(2), o igual es solo que algunos de nosotros nos hacemos «mayores», nos quemamos y vemos todo más negativo (algo de esto hay, sin duda). Fuese como fuese, la crisis política surgió porque cada vez nos veíamos más aislados de un movimiento libertario con el que, si bien compartimos muchas afinidades, tanto personales como políticas, también veíamos que nos separan muchas otras. Por decirlo de alguna manera, no acabamos de encontrar nuestro lugar en dicho movimiento, pero tampoco estábamos cómodos fuera de él, en otros espacios existentes. Esta tierra de nadie, en ocasiones, resulta frustrante, tanto a nivel personal como político.
Nos gustaría dejar claro que esto no es una queja dirigista, un pataleo porque desde otros ámbitos libertarios no nos sigan en nuestras apuestas o intereses. Somos conscientes de que nos hemos equivocado muchas veces. Es más, somos conscientes de que, en ocasiones, hemos sido tozudos política y personalmente, especialmente en las primeras etapas. Suponemos que le habrá pasado y le pasará a todo aquel que abrace la militancia política con pasión.  
Colectivamente, surgieron una serie de problemáticas teóricas que deberían tratarse como movimiento, pero que, seguro, nosotros sí necesitábamos abordar como colectivo. Algunas de ellas encajaban con los intereses que percibimos en el movimiento libertario, pero otras pensamos que encajaban bastante menos, porque suponen reubicarse en el contexto, bascular para coger impulso. Pero claro, la política no puede ser un soliloquio. Debe suponer encuentro, interacción y sinergia.

El salto adelante… y la consiguiente caída

Estas reflexiones motivaron que llegasemos a la conclusión de rehacer completamente el proyecto. En un momento dado, y puesto que gran parte de los problemas parecen derivarse de las complicaciones asociadas al trabajo militante, nos planteamos dar un paso adelante e intentar convertirnos, paulatinamente, en una editorial basada en el trabajo remunerado. Pero no vimos claro cambiar unos problemas por otros (teniendo que renunciar, además, a una de la «esencias» del proyecto). Por otro lado, algunos de nosotros no tenemos ninguna intención de dedicarnos profesionalmente al tema. Tenemos otros curros u otras carreras-intenciones profesionales que nos gustaría desarrollar. Finalmente, no tenemos claro que, dada la línea política que queríamos llevar, fuese a ser un proyecto económicamente viable y no veíamos el tener que dedicar gran cantidad del tiempo a desarrollar proyectos secundarios (o que no son nuestro interés principal) para hacer un proyecto económicamente viable con el que sacar los materiales que realmente nos interesan.
Al final nuestra conclusión fue que el problema no es tanto el trabajo militante en sí como no saber ajustarlo a los objetivos y capacidades reales de un colectivo. Si un colectivo (o empresa) que funcione de forma cooperativa o remunerada se marca objetivos irreales, quiebra. Lo mismo pasa en el otro caso, sólo que la quiebra es diferente (en principio no suele dejar deudas económicas). Así, puesto que no veíamos lo de intentar convertirnos en cooperativa o empresa social, lo que decidimos fue intentar reajustar política y materialmente el proyecto a nuestras capacidades e intereses personales.
El plan era, esencialmente, recuperar una actividad más de colectivo o grupo político que de editorial. Apostar claramente por retomar y reforzar el debate político en el seno del grupo y por tratar de volcar el proceso y el resultado de esos debates al exterior bajo formatos mucho más flexibles que el libro: tuits, textos cortos, debates públicos, jornadas, textos largos, libretos y sí, de vez en cuando, libros en los que tomaríamos una parte más activa en la edición y los prólogos. La idea era un poco cambiar todo para que todo siguiera igual, a ver si por una vez este gatopardismo nos favorecía en vez de jodernos.
Dos años después vemos con bastante tristeza que no fuimos capaces de llevarlo a cabo. Fuimos incapaces de romper con la dinámica en la habíamos caído debido a los problemas materiales, personales y técnicos comentados antes. Ni siquiera la entrada de gente nueva y con ganas, y con las que nos sentíamos muy afines, en el último año y pico fue suficiente para romper dicha dinámica. En los documentos que debatimos durante este proceso habíamos escrito esto:
«Si esto es el clásico salto adelante forzado para intentar salir de una crisis, (los que vivimos el final de otros proyectos, como por ejemplo el Ruptura, sabemos de qué estamos hablando) es algo que sólo se verá con el tiempo. Esperemos que no, que ya llevamos unos cuantos años y nos gustaría seguir unos cuantos más.»
Ahora está claro que al final un poco salto adelante sí que era. Lo ponemos no para autofustigarnos, sino porque puesto que hemos caído en esto varias veces anteriormente en otros proyectos y hemos visto cosas similares en gente cercana, creemos que igual sería interesante comentarlo para que se valore colectivamente.
Antes de acabar nos gustaría disculparnos con toda la gente (traductores, colectivos, compradores, etc) a las que hemos fallado de una forma u otra, estos últimos meses. Nos habría gustado finiquitar el proyecto de forma más ordenada y sin dejar a tanta gente tirada, pero la verdad es que no hemos sido capaces. Una vez que eres consciente de que un proyecto está muerto, arrastrarlo solo por compromisos se hace demasiado cuesta arriba. Además de disculparnos, creemos que es necesario contarlo para que la gente aprenda de esta experiencia. Es increíble la rapidez con la que se puede venir abajo colectiva e individualmente un proyecto cuando se hace evidente a los ojos de todos que es imposible continuar con él.
En lo personal diremos que a algunos de nosotros nos ha costado mucho tiempo digerir que Klinamen se acababa. Para algunos han sido 15 años, para otros, 10, para otros 5, pero todos estamos de acuerdo en que ha sido un proyecto crucial en nuestra experiencia vital y militante. No hace falta extendernos aquí en la pena, el agobio y la frustración que el cierre de este proyecto ha conllevado.  

Una despedida

“Ya sé que resulta poco habitual hablar en esos términos, pero incluso en las sociedades más uniformes cabe un espacio de deriva, ese estimulante clinamen por el que Marx defendía a Epicuro frente a Demócrito” Rafael Chirbes, Por cuenta propia.
Klinamen empezó como una forma de buscar nuevas formas de financiación diferentes de fiestas y conciertos. Durante estos años hemos ahorrado unos dinerillos, tampoco mucho, que la mayoría lo reinvertíamos en libros y en financiar todos los proyectos que hemos podido, pero sí nos gustaría dejar claro que donaremos los fondos que nos queden a proyectos afines.
Algunos nos han preguntado si el proyecto continúa bajo otra forma. La respuesta es no. Klinamen se acaba. Es de agradecer que los que hemos llegado hasta aquí acabamos el colectivo sin malos rollos ni problemas personales (de hecho, todo lo contrario), algo que no suele ser muy habitual dentro del movimiento libertario. Pero es cierto que cada uno vamos a seguir, en principio, nuestros caminos políticos de forma independiente.
Nos gustaría acabar esta reflexión agradeciendo y recordando a todos aquellos que de una forma u otra han sido parte de Klinamen. Bien militando en el colectivo, bien colaborando con traducciones, aportando ideas, distribuyendo nuestros libros o simplemente leyéndolos. Para nosotros ha sido un tremendo orgullo y un placer formar parte de este proyecto. No hemos cumplido los objetivos que nos planteamos al principio (abolir el Estado y el Capital se dice más faćil de lo que se hace, jajaja), pero nos queda la sensación de que algo hemos contribuido a desviar lo establecido. Un poquito, por lo menos.
Un fuerte abrazo a todos y a todas,
Salud y fuerza.



(1) La epidemia de rabia (1996-2007), un texto publicado por la revista Resquicios que firman Los tigres de Sutullena, analiza en profundidad aquel ciclo político.
(2) A finales de 2011, poco después del 15M, algunos que estábamos en Klinamen y otros compas del Todo por Hacer intentamos sacar adelante una Red de Solidaridad siguiendo el modelo de la Red de Solidaridad de Seattle de la que habíamos publicado un libro. Preparamos un memorándum, hicimos unas cuantas presentaciones y estuvimos algunos meses tratando el tema. Una mezcla de nuestras limitaciones, nuestra situación personal, el queme o el desinterés percibido en el medio radical al que nos dirigimos hizo que el proyecto quedase en nada. Más o menos por entonces surgieron experiencias como la Red de Solidaridad Popular o la Oficina Precaria que, desde otros ambientes y también en otro sentido, podrían considerarse similares. La verdad es que esta incapacidad propia y ajena acabó por quemar bastante a algunos de los integrantes de Klinamen.

[ Klinamen `argitaletxe´ interesgarriaren azken hitz idatziak izan dituNK hauek. Beren liburuak jaitsi nahi baituNake hona hemen klik batetan ]

ANARKOFOLKA (25) - Moma Swift, Joseba Tapia, Psalters, Regocijo en el Fango, Zarzaparrilla,...

ANARKOFOLKA (25) - Moma Swift, Joseba Tapia, Psalters, Regocijo en el Fango, Zarzaparrilla,...



ANARKOFOLKA (25) - Moma Swift, Joseba Tapia, Psalters, Regocijo en el Fango, Zarzaparrilla,... bakarlari eta taldeen abestiak, Erraust Herria?! fanzinearen 3. aleko esalditxoak, Esaldi politiko-ekin azken aurreko emanaldia, Gianni Rodariren ipuinaren irakurketa eta bukaera katastrofikoa, beno hurrengoan hobeto, ondo izen!!




ANARKOFOLKA (25.a) entzun edo jaitsi !!

  Joseba Tapia eta Besamotzak

[ Eta `folk soinuekin’ bakarrik ez bahaiz konformatzen … GORA ETA BEHERA daukaNK ]

«Soy un intelectual privado» (Piergiorgio Bellocchio)

[ Duela 4 hilabete El salmón argitalpenen webgunean hartuadakarkizuet jarraian]

«Soy un intelectual privado» (Piergiorgio Bellocchio)


Reproducimos a continuación la última entrevista pública concedida por Piergiorgio Bellocchio, realizada por Antonio Gnoli en 2014 para el diario La Repubblica. Ediciones El Salmón publica ahora De la parte equivocada,  primer volumen de la trilogía «Limitar el deshonor».
*

«Soy un intelectual privado: ¡qué maravilla no contar para nada!»

Crítico literario y escritor, una pasión por la política y la edición jamás extinguida, Piergiorgio Bellocchio nos cuenta cómo creó dos históricas revistas, y por qué con 83 años sigue pensando que en la vida es necesario «limitar el deshonor».


El taxista que me lleva desde la estación de tren de Piacenza hasta el Círculo de la Unión —un lugar sobrio, como de otra época, donde se come, se lee el periódico, se juega a las cartas, y donde me espera Piergiorgio Bellocchio— dice que él apoya a la Liga Norte de Matteo Salvini. Dice que no quiere más «negros en nuestra ciudad». Dice que ahora que ha muerto su madre, quiere mudarse a Santo Domingo, donde hay «cantidad de tías buenas y la vida es más barata». Dice que no puede evitarlo. Que por culpa de la reforma de las pensiones de Elsa Fornero ya no podrá recibir pensión alguna. Añade un alud de palabras que no citaré aquí: andrajos ideológicos, prejuicios baratos, resentimiento profundo, quejas que brotan de un desequilibrio que viene de lejos y que jamás se ha curado. «Esa voz no es representativa de la ciudad. Pero nos advierte que ha tenido lugar algo irreversible en las fracturas que atraviesan la sociedad», observa Bellocchio. He concertado una entrevista con él porque como intelectual y escritor es una excepción. Un provinciano de mirada universal. Coherente. Apartado. Un moralista sin moralismos. Sin anteojeras.

¿Quién es el abogado Bellocchio que figura entre los fundadores del Círculo?
Era mi padre. Si hubiera solicitado entrar en el Círculo hace cuarenta años (aunque jamás tuve la menor intención de hacerlo) seguramente me habrían vetado en tanto que traidor a mi clase. Ahora aceptan a todo el mundo con tal de que paguen la cuota mensual. Prefiero a la vieja burguesía, que sabía distinguir. Hoy ha desaparecido.

¿Cómo es la vida en Piacenza para alguien como usted?
La de una persona de ochenta y tantos años que, amén de los agravios connaturales a la edad, padece otras ofensas añadidas por parte de la administración. ¿Quién es capaz hoy en día de descifrar una factura de gas, de teléfono, o las actas de la comunidad de vecinos, los impuestos? Yo ya no tengo fuerzas para hacerlo, y la cosa me cabrea y me indigna. Números, siglas, fórmulas misteriosas. Tampoco consigo leer los periódicos, ni ver la tele o ir al cine. Estamos bombardeados por publicidad. Asediados telefónicamente por ofertas supuestamente inmejorables. El libre mercado ha sacado lo peor de nosotros. Añoro la época de los monopolios.

¿Cómo era la relación con su padre?
Murió cuando yo tenía 24 años. Fue una relación obviamente muy conflictiva. Empezando por las desilusiones en el plano académico.

Me lo imaginaba como un estudiante modelo.
Todo lo contrario. Una educación humanística tirada a la basura. No soportaba el runrún académico y el conformismo cultural. Tenía ganas de escribir y de leer otras cosas.

¿Escribir el qué?
Quería ser periodista. Es más, al principio, dada mi predisposición al dibujo, me habría encantado dibujar viñetas.

¿Y qué pasó?
Mi pasión periodística, amén de editorial, me llevó a optar por la autogestión, tanto en el caso de Quaderni piacentini como con Diario): que además es de lo que más orgulloso me siento.

Empecemos con Quaderni piacentini. ¿Cómo se gestó?
Retrocederé un poco: con varios amigos, tuvimos la idea de crear un círculo para debatir sobre política y cultura. Conseguimos invitar a personajes como Danilo Dolci, Paolo Grassi, Carlo Bo, Ernesto de Martino, Franco Fortini.

Sobre todo Fortini fue muy importante para Quaderni.
Con él la relación fue decisiva y difícil. Era invisible para el poder político y cultural, lo que para mí constituía un valor. Me atraía su capacidad de ofrecer una versión más heterodoxa y menos predecible del marxismo.

Más Brecht y menos Lenin.
En su momento, Fortini me preguntó qué es lo que más me gustaba de Brecht. «La Ópera de los tres centavos», contesté. «Se ve que no es usted marxista —replicó—. Santa Juana de los mataderos es su mejor obra», añadió con énfasis. En el fondo, mi incapacidad para ser plenamente marxista equivalía para él a un vacío espantoso.

¿Y para usted?
Pues en aquella época para mí también lo era un poco. Pero jamás me abstuve de frecuentar ciertas compañías «sospechosas». Y muy pronto entendí que mi tabla de salvación radicaba en esa indisciplina.

Un año antes de crearse Quaderni piacentini, es decir, en 1961, se creó en Turín Quaderni rossi, la revista fundada por Raniero Panzieri. ¿Fue con el fin de responder a ciertas concepciones asentadas en la izquierda?
La izquierda, sobre todo la izquierda comunista, había sufrido dos crisis muy graves: la derrota en las elecciones de 1948, y el trauma de 1956. Pero entre nosotros y Quaderni rossi había una distancia considerable. Ellos tenían su centro de gravedad en las fábricas. Nosotros en la sociedad, los individuos, la vida, las ideas.
[…]
Quaderni piacentini cerró en 1984. Se dijo que la revista murió con muy buena salud.
La autogestión terminó en 1980. Habíamos pasado de tirar 12.000 copias en 1968, a cerca de 5.000, que no estaba nada mal. Pero la función «agitadora» había pasado a un segundo plano, y había crecido la parte académica; no era malo, pero no dejaba de ser algo académico.

Impresionaban las primeras palabras del primer número: «Limitar el deshonor». ¿Qué querían decir?
Ser conscientes de que había tenido una derrota histórica e inapelable, pero sin pasarse al enemigo.

Un año después, en 1985, dio vida junto a Alfonso Berardinelli a Diario.
Duró menos de una década. Alfonso y yo queríamos una revista que atacase valores y lugares comunes de la izquierda, que seguía pretendiendo ser diferente e inmune al contagio de la cultura dominante.

Se trataba, como afirmó en una ocasión, de una «obra por entregas» (en 2010, Quodlibet publicó la colección completa de Diario).
Era periodismo inactual. Durante ocho años fue un experimento tanto literario, con géneros rara vez practicados, como editorial, al margen de los prejuicios y convenciones de los editores. Nuestra propuesta eran autores como Kierkegaard, Leopardi, Herzen, Thoreau, Simone Weil o George Orwell, autores a quienes leer sin cautelas interpretativas. Muchos antiguos camaradas no aprobaban lo que estábamos haciendo […].

¿Qué tipo de educación tuvo?
Levemente católica. Mis primeras simpatías políticas, con 16 años, eran hacia el Partido Comunista. Pero al proceder de Acción Católica, no tenía la menor intención de entrar en otra iglesia.

¿Qué lecturas contribuyeron a su formación?
Mucha narrativa de los siglos XIX y XX. La literatura puede ser un capricho, una obsesión, un lujo inútil. Pero también un instrumento imprescindible para conocer la sociedad y la historia. Un libro que me impactó mucho fue Cartas de condenados a muerte de la Resistencia, que leí en 1952. Cuando terminó la guerra no tenía ni idea de qué había pasado.

En 1946 habían tenido lugar los juicios de Núremberg.
Es cierto. Pero aún no se era consciente de la magnitud de lo ocurrido. Las dimensiones de la persecución contra los judíos eran increíbles. No es casual que Primo Levi no encontrase editor: Einaudi rechazó publicar Si esto es un hombre, uno de los libros fundamentales de la cultura del siglo XX. […] Otro libro que contribuyó a mi formación fue Minima moralia, de Adorno, en 1954.
Traducido por Renato Solmi, uno de los individuos más inteligentes y atormentados que ha habido.
En mi opinión era un genio, aunque por desgracia también lo era en el rigor que se autoimpuso. A él le debemos el texto más bello jamás publicado en Quaderni piacentini: un ensayo de casi cien páginas dedicado a la Nueva Izquierda norteamericana, aparecido en 1965. Solmi siguió la evolución de una izquierda cuyas raíces no eran comunistas, sino radicales.
[…]

Volvamos a su familia.
Era muy numerosa. Éramos ocho hijos. Yo era el tercero, y Marco, nacido en 1939, el último.
Marco Bellocchio, el director de cine. Su debut, Las manos en los bolsillos, fue fulgurante.
Sí, fue increíble. Me dio a leer el guion y le dije que era malísimo. Pero después, cuando vi las primeras escenas, me quedé boquiabierto. Es una película excelente.

Las manos en los bolsillos, que se estrenó en 1965, era un acto acusatorio contra la familia burguesa, contra sus males y sus neurosis. Su hermano pareció tomar a su familia como modelo. ¿Cómo reaccionaron?
¿Cómo crees que reaccionamos? A mi madre y a mis hermanas no les sentó muy bien. Hasta a mí me molestó un poco. Después, con el tiempo, comprendí que las películas de Marco siempre tienen algo un poco violento.

¿En qué sentido?
Se tiene a menudo la impresión de ser copartícipes, de que se nos está señalando y poniendo una lupa encima. Es su forma de actuar con libertad incluso ante la esfera privada. Pero sus decisiones nacen de una honestidad absoluta y de una coherencia que me gusta mucho.

¿Cree que es necesario seguir tratando de «limitar el deshonor»?
Por supuesto. Para no convertirse en putas.

¿Hay muchas por ahí sueltas?
En cantidades industriales.

¿Qué tipo de intelectual creer haber sido?
No me lo pregunte a mí. Además, desde hace mucho tiempo soy un intelectual casi exclusivamente privado. Hace más de veinte años que no tengo editor. No escribo en periódico alguno. Desde que Diario cerrara en 1993, no he dejado de emborronar hojas con notas, apuntes, y a veces pego en ellas recortes de periódicos —exiguas muestras del horror y sordidez cotidianos— intercalados con reproducciones de imágenes de un pasado que, visto desde el presente, parece mejor.

¿Se siente más cercano a Montaigne que a Marx?
De Marx conservo sobre todo su materialismo y su moralismo a la hora de ver que los conflictos sociales están por doquier y que tal vez sean imposibles de superar en el plano político. Entre mis lecturas de los años sesenta estaban La Rochefoucauld, La Bruyère, Chamfort. Sí, los moralistas franceses fueron para mí un modelo a seguir.

¿Y Karl Kraus?
Lo leí más adelante. No pertenece a mi formación intelectual. Adorno y Horkheimer sí. Pero me pregunto que entendí de ellos en aquel entonces. Es un misterio. Evidentemente, cuando uno siente una sed terrible de lecturas, asimila incluso lo que no entiende, o lo que entiende a su manera.

¿Qué es ser un maestro?
Es ser alguien que sabe transmitir algo y también sabe dar ejemplo.
Los tiempos que vivimos son años de «finis sinistrae». ¿Qué le parece a usted?
La izquierda tal y como la conocimos ha llegado a su fin, y probablemente no sea nada malo.

¿No es usted demasiado orgulloso y desdeñoso?
¿Por qué? Después de todo, muy pocos tenemos el privilegio de «no contar para nada».

(Traducción de Salvador Cobo)

ASTO ILUNNO (1) MARIREN BIKOIZTASUNA ETA BERE AGINDUAK...

[Hona hemen Asto ilunno izeneko irratsaio berria (lehengo Beltza ta Gorrixe irratsaioaren jarraipena edo irratsaio bera izenez aldatua), Kontrako Eztarrixen sortu eta Info7-ra eta Arrosa Sareara banatzen hasirik dagoena]


ASTO ILUNNO (1) Mariren bikoiztasuna eta bere aginduak elkarren artean eskondu al daitezke?

Galdera honi buruzko hausnarketa batzuk Asto eta Ilunno-ren eskutik.

ASTO ILUNNO jaitsi edo entzun dezakeNK !!

2017an GEHIEN IKUSITAKO 15 marrazki bizidunak

Imagen de 'La vida de Calabacín'.  La Princesa Mononoke

(Gure etxean...)
2017AN GEHIEN IKUSITAKO 15 MARRAZKI BIZIDUNAK:

Los mundos de Coraline

-Fantastico Mr. Fox (2009, Wes Anderson)
-La princesa Mononoke (1997, Hayao Miyazaki).
-Los mundos de Coraline (2009, Henry Selick).
-Wallace y Gromit. La maldición de las verduras (2005, Nick Park + Steve Box).
-La vida de calabacín (2016, Claude Barras). 
-Chicken run (2000, Peter Lord + Nick Park).
-Cuento de navidad (2009, Robert Zemeckis).
-El castillo ambulante (2004, Hayao Miyazaki).
-La mecanica del corazón (2014, Stéphane Berla, Mathias Malzieu). 
-Lilo y Stich(2002, Dean DeBlois, Chris Sander).
-La tumba de las luciernagas (1988, Isao Takahata).
-Buscando an Nemo (2003, Andrew Stanton, Lee Unkrich)
-Canta (2016, Garth Jennings, Christophe Lourdelet). 
-Anomalisa (2015, Charlie Kaufman, Duke Johnson). 
-Ghost in the shell (1995, Mamoru Oshii). 

La Tumba de las Luciérnagas
   
[Gure etxean aurten gehien ikusi dizkiNagun marrazki bizidunak hauek dituNK, zenbait ikusteko merezimendu handirik ez diNatenak badituNK ere, beste batzuk oso interesgarriak edo gutxienez ikusgarriak dituNK, bakoitza haur handi edo txikiagoentzako egokiagoak badituNK ere. 
Eta noizkoak direnari ez zioNat nik garrantziarik ematen jakina, "berehalakotasunaren" (inmediatismo) gaitza hautsi dezagun, "aurten-hilabete hontan-aste hontan argitaratutako, ekoiztutako, ... liburu, filma, disko, artikulo eta abarrak interesgarriak izan bait zitezkeNK bihar-datorren hilean-urtean-hamarkada edo mendean ere!! ]

  Chicken Run main image Wallace & Gromit: La maldición de las verduras

Cuento de Navidad 

Este planeta es nuestro, dijeron.

Este planeta es nuestro, dijeron.
Resultado de imagen de la propiedad privada
PRIVADO PROPIEDAD PECUNIA
Un buen día
Es un decir
Manuel llegó a un planeta
Pero ese planeta era de alguien
Este planeta es nuestro
Dijeron
Manuel quiso coger una fruta
Y le dijeron
Esa fruta es nuestra
Quiso agarrar un animal
Y le dijeron
Ese animal es nuestro
Quiso entrar en un edificio
Y le dijeron
Ese edificio es nuestro
Todo lo que quería hacer Manuel
Para poder vivir en ese planeta
Era prohibido
Ya que implicaba utilizar algo
Que era de alguien
Para poder participar de los alimentos
O simplemente descansar
A Manuel le pedían
Hacer cosas a cambio
Que lo tenían todo el día ocupado
Y así un día y otro día
Hasta que un buen día
Es un decir
Manuel fue completamente
Propiedad privada de ellos
Al principio todos nos llamábamos Manuel
No teníamos nada
Y teníamos todo
Nada era de nadie
Y todo era de todos
Un buen día
Es un decir
Por miedo codicia o placer
Manuel empieza a guardar cosas
A esconder cosas
A proteger cosas
A acumular cosas
Todas esas cosas
Que guarda esconde protege y acumula
Pasan a ser propiedad privada de Manuel
Desaparecen para Manuel
Y ya no estarán al alcance de Manuel
Y entonces Manuel con propiedades
Empieza a usar
A Manuel sin propiedades
Como una propiedad
Y Manuel sin propiedades
Empieza a tener algo de valor
Al empezar a tener las propiedades
Que tienen las cosas
El justo noble y sagrado
Enriquecimiento de Manuel
Ha significado el injusto innoble y sangrado
Empobrecimiento de Manuel y Manuel y Manuel
El básico normal y cotidiano
Beneficio de Manuel
Manuel lo saca
Básicamente de Manuel
Normalmente de Manuel
Cotidianamente de Manuel
Manuel ha construido
Su digna abundancia
Su noble opulencia
Y su decente bienestar
Sobre la indigna miseria
La innoble carencia
Y la indecente pobreza de Manuel
Hay quien dice
Que Manuel es el único
Depredador de Manuel
Que desde siempre ha estado
En su cadena alimenticia
Que el mundo cómodo moderno y tecnológico
En el que vive Manuel
Tiene como principal materia prima
La sangre de Manuel
Hay quien dice
Que la principal propiedad de Manuel
Es aprovecharse de Manuel
Y que esta propiedad se cumple
En todo lo que hace
Así Manuel
La familia de Manuel
La banda de Manuel
La tribu de Manuel
La secta de Manuel
La corporación de Manuel
La nación de Manuel
Al principio todos nos llamábamos Manuel
Y desde el principio
Manuel ha intentado conseguir
Más libertad más derechos más comodidad
Más seguridad más protección
En definitiva
Una buena vida
Para su dinero
Un buen día
El dinero de Manuel
Ha conseguido tanta libertad derechos comodidad
Seguridad protección y buena vida
Que tiene más libertad derechos comodidad
Seguridad protección y buena vida
Que Manuel
Hay quien dice
Que en el mundo de Manuel
El dinero de Manuel
Vive en condiciones
Mejores que las del propio Manuel
Hay quien dice
Que quien realmente manda
En el mundo de Manuel
Es el dinero de Manuel
Y que lo que fue una solución
A un antiguo problema
Es ahora el principal problema
El dinero por su lado dice
Que no tiene la culpa de nada
Que él está para servir a Manuel
Que siempre ha sido utilizado por Manuel
Que el problema lo tiene Manuel
Y el mal uso que hace de él
El mal reparto que hace de él
Y la manía que tiene Manuel
De robar acumular y esconder
El dinero de todos

Para el beneficio de nadie

Procedencia de los textos:
http://vocesdelextremopoesia.blogspot.com.es/2017/12/privado-propiedad-pecunia_20.html 

[ Nik Voces del Extremo poesia sozialaren webgune-jaialditik hartu diNadan `Manuel´en olerki hau Ángel Pasos-ena duNK ]

TXOME ETXEAren komunikatua

COMUNICADO TXOME ETXEA

Continuando con el anterior comunicado lxs habitantes de Txome Etxea queremos expresar:
Viendo que nuestro desalojo cautelar venía por un informe técnico, y sabiendo que en ciertas
ocasiones y en otros espacios, se ha llegado a acordar con los propietarios, decidimos desde una
asamblea abierta que se realizó en la casa, dialogar con la propiedad para llegar a un acuerdo y
frenar dicha amenaza cautelar.
Además de eso realizamos el mencionado informe técnico
(ITE)
por una arquitecta técnica, a
espera de que la propiedad lo acogiese, ya que era una de las principales causas del desalojo
cautelar.
Hoy 8 de enero de 2018, podemos decir rotundamente que
la propiedad no quiere dialogar
,
dejando como único camino el proceso judicial, ademas nos han dejado entrever que su intención es
especular por medio de una promotora.
En dicho proceso judicial se nos pedía salir de la casa en 10 días, los cuales ya se han cumplido.
Para nuestra defensa metimos dos recursos, a nombre de dos personas empadronadas en la vivienda
para intentar parar el auto de desalojo.
Uno de ellos como respuesta al auto de desalojo de la casa y otro como denuncia de indefensión por
parte de uno de los empadronados ya que se le juzgo sin estar en el juicio.
Ahora mismo la situación es de desconcierto, por un lado se podría cumplir el auto en el cual la
Ertzaintza podría venir a desalojar la casa en cualquier momento, y por otro lado la jueza podría
desestimar dicho auto, entrando en otro escenario judicial diferente.
La situación es preocupante por la amenaza de un inminente desalojo
, en cualquier momento
nos podemos encontrar a la Ertzaintza en nuestro portal.
Nuestra intención como habitantes de Txome es seguir viviendo en esta casa como en los últimos
10 años.
No vamos a abandonar Txome Etxea!!
Nos tendrán que sacar!!
Queremos aprovechar el comunicado para agradecer todas las muestras de solidaridad que nos están
llegando además de la ayuda directa para gastos judiciales, ITE, etc...
Gora Txome Etxea!!
Gora Okupazioa!!
https://youtu.be/BSrzEMKrIyY

[ Espabila O Muere blogetik hartutako informazioa ]